domingo, 11 de marzo de 2018

Alejandro Finocchiaro “estoy convencido que es necesario garantizar una educación que desarrolle todas las dimensiones de la persona”



 1. Según su opinión: ¿Cuáles son los dos principales tips para que los docentes establezcamos vínculos para articular acciones con los organismos municipales, provinciales, nacionales e internacionales relacionados con programas que involucren a más alumnos niños y adolescentes en las áreas destinadas a la educación?.
Lo principal es generar proximidad entre el problema, que requiere una solución, y la administración que le puede dar una respuesta concreta. Al establecer esa cercanía se crea valor y ese problema puede quedar resuelto más rápidamente.
Pensé sobre esto muchas veces mientras me desempeñaba como ministro bonaerense. En ocasiones, La Plata parece lejana para algunos distritos. Es normal que, más allá de la división de las responsabilidades que establecen las leyes y el conjunto de la normativa que regula un país federal como el nuestro, la gente, que no conoce, ni tiene por qué saberlo, esa articulación entre los distintos niveles estatales le reclame al intendente porque lo tiene a mano.
Consideramos que es fundamental que se involucren todos los actores del escenario educativo. Sin dudas, lo principal es el diálogo continuo y franco.
Ya hay buenos ejemplos de esto: Secundaria 2030 es fruto de un trabajo de más de 16 meses con los equipos técnicos de las provincias; la escuela de gobierno de política educativa; las redes federales, entre tantos otros.
2. Como docente creo que la implantación de una política educativa no tiene que traer consigo una expresión mágica, una solución por generación espontánea de los resultados, ¿Cómo se desarrolla esta premisa que está muchas veces vigente en la sociedad en que todo es ya, para ayer?
En la educación nadie espera cambios mágicos. La educación nos acompaña toda la vida, nos atraviesa. Por condición, nos iguala, por eso es necesario que llegue a todos y a cada uno. Es la herramienta que nos permite construirnos como Nación. Nos permite ser protagonistas de la transformación y no simples espectadores. Protagonicemos juntos este cambio y trabajemos por una educación que nos permita tener el país que queremos. No hay magia en esto. Hay determinación, conocimiento, análisis, búsqueda de consensos, diseño de políticas públicas y, sobre todo, mucho trabajo de implementación.
3. En el marco de este siglo XXI ¿Hacia dónde deberían orientarse las nuevas políticas educativas Argentinas desde la Universidad Nacional?
Este año se cumplen 100 años de la Reforma Universitaria, lo que permitió, resumiendo mucho este proceso, la inclusión de la clase media en el sistema universitario. Décadas después el peronismo garantizó el acceso gratuito. Hoy en día eso permitiría, en teoría, que todos tengamos la oportunidad de acceder a estudios superiores. Sin embargo, sabemos bien que eso no se verifica en la realidad. El problema es que no todos tienen la posibilidad, por diversos factores socioeconómicos, de llegar a ingresar, luego de continuar en camino con la carrera y mucho menos de recibirse. Nosotros, como gobierno, queremos desandar esa brecha. Queremos construir una universidad con igualdad de posibilidades para todos los sectores. Que puedan ingresar y finalizar sus estudios para poder ejercer su profesión. Por eso hay que ir más allá de la gratuidad.
Las nuevas políticas educativas marcan un sentido hacia la justicia educacional. Es decir, que independientemente del lugar donde nazcan o de la posición socioeconómica de la familia de origen, los chicos puedan ser libres de elegir el futuro que desean para su vida. Becas Progresar es un buen ejemplo de una política pública inspirada en este espíritu.
No pueden quedar fuera del análisis las necesidades que nos marca el desarrollo de las diversas regiones del país. Tenemos que apuntar también hacia las áreas de vacancia, tenemos que planificar nuestra oferta de educación superior. Entre muchos otros beneficios, eso evitará el desarraigo y posibilitará el crecimiento armónico de la nación. Nos permitiría inscribir un sueño individual en un proyecto colectivo.
Debemos volcar nuestros mejores esfuerzos en áreas estratégicas, para que más jóvenes se conviertan en los profesionales que el país necesita, asegurándoles una mejor inserción laboral.
Por otra parte, con el propósito de acompañar a cada estudiante en la finalización de su carrera, el año pasado comenzamos a implementar el Sistema Nacional de Reconocimiento Académico, para facilitar la circulación de los alumnos entre diferentes instituciones, y que no pierdan los logros académicos obtenidos previamente en caso de cambiar de casa de estudios.
Además, va a propiciar perfiles universitarios más ágiles y diversos diseños de carreras.
4. Como docente le pregunto: ¿Por qué cree usted que cuesta hacer una política de coordinación y articulación entre el sexto año de la Secundaria y el primer año de la Universidad?. Una de las causas pueden ser los celos profesionales o no sabemos trabajar cooperativamente.
El paso de una etapa a otra también está rodeado de cuestiones personales vinculadas a la independencia de la persona, son procesos complejos y diferentes en cada ser. No creo que sea un problema de celos. Estoy convencido que es necesario garantizar una educación que desarrolle todas las dimensiones de la persona, para su desempeño social, laboral y para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Dicha integralidad implica aprendizajes significativos para el ejercicio de una ciudadanía activa, democrática, multicultural, solidaria y responsable, para el acceso al mundo del trabajo y para el ingreso y egreso de los estudios superiores deseados. Desde el Ministerio de Educación se trabaja para lograrlo. Lo demuestra el programa Nexos, que articula la escuela secundaria con la universidad brindando asistencia en la formación de vocaciones tempranas en los últimos años del secundario.
5. En los tiempos que corren donde todo es ya y para ayer como logramos conformar una pedagogía moderna que se sostenga en el tiempo más allá de los gobiernos?
Para lograrlo es fundamental fortalecer a las instituciones educativas a través de políticas de formación y acompañamiento docente que sean continuas y de calidad. Es necesario que el desarrollo profesional docente sea una política de Estado, planificada en función de las necesidades actuales y futuras del sistema educativo. En tiempos de cambio permanente, esto requiere que los Estados estén atentos a los cambios y emergentes que ocurren en la sociedad para ajustar progresivamente las políticas en función de las nuevas realidades. Esto implica generar estrategias para identificar no sólo qué necesitan saber los alumnos, sino también cómo lograrlo. Con las transformaciones sociales, emergen nuevos modos de construcción del conocimiento y necesitamos integrarlos a la práctica docente. De este modo, lograremos mayor motivación y mejor aprendizaje.
En un país federal como el nuestro, el sostenimiento de las políticas de mejora también requiere de espacios de construcción conjunta y acuerdo con las jurisdicciones para garantizar una unidad nacional, respetando las particularidades de cada territorio.
Necesitamos que nuestros estudiantes se transformen en ciudadanos activos, capaces de entender y cambiar el mundo y eso requiere de calidad e innovación.
Gracias Señor Ministro de Educación y Deportes de la Nación

Visita: http:// www.elarcondeclio.com.ar