1. Según su opinión: ¿Cuáles son los dos principales tips
para que los docentes establezcamos vínculos para articular acciones con
los organismos municipales, provinciales, nacionales e internacionales
relacionados con programas que involucren a más alumnos niños y
adolescentes en las áreas destinadas a la educación?.
Lo principal es generar proximidad entre el problema, que requiere una
solución, y la administración que le puede dar una respuesta concreta.
Al establecer esa cercanía se crea valor y ese problema puede quedar
resuelto más rápidamente.
Pensé sobre esto muchas veces mientras me desempeñaba como ministro
bonaerense. En ocasiones, La Plata parece lejana para algunos distritos.
Es normal que, más allá de la división de las responsabilidades que
establecen las leyes y el conjunto de la normativa que regula un país
federal como el nuestro, la gente, que no conoce, ni tiene por qué
saberlo, esa articulación entre los distintos niveles estatales le
reclame al intendente porque lo tiene a mano.
Consideramos que es fundamental que se involucren todos los actores del
escenario educativo. Sin dudas, lo principal es el diálogo continuo y
franco.
Ya hay buenos ejemplos de esto: Secundaria 2030 es fruto de un trabajo
de más de 16 meses con los equipos técnicos de las provincias; la
escuela de gobierno de política educativa; las redes federales, entre
tantos otros.
2. Como docente creo que la implantación de una política
educativa no tiene que traer consigo una expresión mágica, una solución
por generación espontánea de los resultados, ¿Cómo se desarrolla esta
premisa que está muchas veces vigente en la sociedad en que todo es ya,
para ayer?
En la educación nadie espera cambios mágicos. La educación nos acompaña
toda la vida, nos atraviesa. Por condición, nos iguala, por eso es
necesario que llegue a todos y a cada uno. Es la herramienta que nos
permite construirnos como Nación. Nos permite ser protagonistas de la
transformación y no simples espectadores. Protagonicemos juntos este
cambio y trabajemos por una educación que nos permita tener el país que
queremos. No hay magia en esto. Hay determinación, conocimiento,
análisis, búsqueda de consensos, diseño de políticas públicas y, sobre
todo, mucho trabajo de implementación.
3. En el marco de este siglo XXI ¿Hacia dónde deberían
orientarse las nuevas políticas educativas Argentinas desde la
Universidad Nacional?
Este año se cumplen 100 años de la Reforma Universitaria, lo que
permitió, resumiendo mucho este proceso, la inclusión de la clase media
en el sistema universitario. Décadas después el peronismo garantizó el
acceso gratuito. Hoy en día eso permitiría, en teoría, que todos
tengamos la oportunidad de acceder a estudios superiores. Sin embargo,
sabemos bien que eso no se verifica en la realidad. El problema es que
no todos tienen la posibilidad, por diversos factores socioeconómicos,
de llegar a ingresar, luego de continuar en camino con la carrera y
mucho menos de recibirse. Nosotros, como gobierno, queremos desandar esa
brecha. Queremos construir una universidad con igualdad de
posibilidades para todos los sectores. Que puedan ingresar y finalizar
sus estudios para poder ejercer su profesión. Por eso hay que ir más
allá de la gratuidad.
Las nuevas políticas educativas marcan un sentido hacia la justicia
educacional. Es decir, que independientemente del lugar donde nazcan o
de la posición socioeconómica de la familia de origen, los chicos puedan
ser libres de elegir el futuro que desean para su vida. Becas Progresar
es un buen ejemplo de una política pública inspirada en este espíritu.
No pueden quedar fuera del análisis las necesidades que nos marca el
desarrollo de las diversas regiones del país. Tenemos que apuntar
también hacia las áreas de vacancia, tenemos que planificar nuestra
oferta de educación superior. Entre muchos otros beneficios, eso evitará
el desarraigo y posibilitará el crecimiento armónico de la nación. Nos
permitiría inscribir un sueño individual en un proyecto colectivo.
Debemos volcar nuestros mejores esfuerzos en áreas estratégicas, para
que más jóvenes se conviertan en los profesionales que el país necesita,
asegurándoles una mejor inserción laboral.
Por otra parte, con el propósito de acompañar a cada estudiante en la
finalización de su carrera, el año pasado comenzamos a implementar el
Sistema Nacional de Reconocimiento Académico, para facilitar la
circulación de los alumnos entre diferentes instituciones, y que no
pierdan los logros académicos obtenidos previamente en caso de cambiar
de casa de estudios.
Además, va a propiciar perfiles universitarios más ágiles y diversos diseños de carreras.
4. Como docente le pregunto: ¿Por qué cree usted que cuesta
hacer una política de coordinación y articulación entre el sexto año de
la Secundaria y el primer año de la Universidad?. Una de las causas
pueden ser los celos profesionales o no sabemos trabajar
cooperativamente.
El paso de una etapa a otra también está rodeado de cuestiones
personales vinculadas a la independencia de la persona, son procesos
complejos y diferentes en cada ser. No creo que sea un problema de
celos. Estoy convencido que es necesario garantizar una educación que
desarrolle todas las dimensiones de la persona, para su desempeño
social, laboral y para el aprendizaje a lo largo de toda la vida. Dicha
integralidad implica aprendizajes significativos para el ejercicio de
una ciudadanía activa, democrática, multicultural, solidaria y
responsable, para el acceso al mundo del trabajo y para el ingreso y
egreso de los estudios superiores deseados. Desde el Ministerio de
Educación se trabaja para lograrlo. Lo demuestra el programa Nexos, que
articula la escuela secundaria con la universidad brindando asistencia
en la formación de vocaciones tempranas en los últimos años del
secundario.
5. En los tiempos que corren donde todo es ya y para ayer
como logramos conformar una pedagogía moderna que se sostenga en el
tiempo más allá de los gobiernos?
Para lograrlo es fundamental fortalecer a las instituciones educativas a
través de políticas de formación y acompañamiento docente que sean
continuas y de calidad. Es necesario que el desarrollo profesional
docente sea una política de Estado, planificada en función de las
necesidades actuales y futuras del sistema educativo. En tiempos de
cambio permanente, esto requiere que los Estados estén atentos a los
cambios y emergentes que ocurren en la sociedad para ajustar
progresivamente las políticas en función de las nuevas realidades. Esto
implica generar estrategias para identificar no sólo qué necesitan saber
los alumnos, sino también cómo lograrlo. Con las transformaciones
sociales, emergen nuevos modos de construcción del conocimiento y
necesitamos integrarlos a la práctica docente. De este modo, lograremos
mayor motivación y mejor aprendizaje.
En un país federal como el nuestro, el sostenimiento de las políticas de
mejora también requiere de espacios de construcción conjunta y acuerdo
con las jurisdicciones para garantizar una unidad nacional, respetando
las particularidades de cada territorio.
Necesitamos que nuestros estudiantes se transformen en ciudadanos
activos, capaces de entender y cambiar el mundo y eso requiere de
calidad e innovación.
Gracias Señor Ministro de Educación y Deportes de la Nación
Visita: http:// www.elarcondeclio.com.ar