domingo, 10 de septiembre de 2017

La clave siempre está en las familias



Si los padres tercerizan la educación y las responsabilidades en las escuelas tendremos una infancia en deuda. Siempre les digo a los papás y me lo repito a mí misma:

«Lo importante es  valorar a nuestros hijos por lo que son,

y no por lo que nosotros queremos que ellos sean»

La educación no es una actividad estática y responsabilidad de un solo grupo social, los padres tienen el derechos de que el estado les reconozca una primacía en materia de educación de sus hijos. Con derechos hay obligación, por lo tanto, los padres tienen la obligación de  Educar a sus hijos de manera responsable y de no ignorarlos. La otra obligación que no debe faltar es la de comprometerse a ser aliados de la escuela para la educación de sus hijos.
Todos los días cuando nos levantamos en la mayoría de los casos, les decimos a nuestros hijos que se vistan o los vestimos, los llevamos al colegio y ya está –mi función de padre educando ya está–. Se supone que es labor del colegio la educación de nuestros hijos, ¿de verdad esto es así?
Construir una educación es un trabajo doméstico que se inicia en nuestras casas. Las principales víctimas de la desorientación que tenemos los adultos se gesta en el trato afectivo que la sociedad le brinda a los «extremos» de sus integrantes; ya sea a niños; ya sea a adultos mayores.

Esto es lo que yo he visto en estos años como docente,

no soy psicóloga

Para hablar de las conductas de los niños y adolescentes hay que tener un mínimo de contacto responsable con ellos; y, sobre todo, acordarnos de cuando fuimos niños y adolescentes. Uno no «nace viejo», por lo tanto, la memoria juega un papel fundamental en esta interacción.
En Argentina y muchos otros países, no hay salud mental para niños y adolescentes, no hay capacitaciones, en las escuela, no hay «gabinetes», se actúa siempre a tientas, «la lógica del Quilombo» que le dicen.
NO HAY NADA PLANIFICADO,
la planificación es siempre llegar tarde a todo…
…y ese todo muchas veces es el SUICIDIO. Una vez vi en mi aula presencia de autolesiones por un juego, ese juego consistía quién se sacaba más sangre contando hasta 100, ¿vemos qué ven nuestros hijos en la televisión?
La cultura occidental está formando mucha soledad, gente que siempre mira para abajo y aislándose con los celulares, se pierden el cielo, el vuelo de los pájaros, se pierden de respirar limpio, etc.
Las redes sociales se han convertido en una subcultura con lo bueno y lo malo de ellas, pero se vive en una idea utópica, no es la realidad: la anula.
Hay que prestar especial atención a la angustia y a la depresión de nuestros chicos: ellos quieren todo «para ya» y así lo quieren resolver, incluso cuando se trata de la muerte.

¡YAAAA!

La vida la quieren vivir como video click

Es lo propio de los niños y adolescentes, tienen todo el tiempo por vivir. Así, por ejemplo los adolescentes experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas de sí mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre –todo junto, como «haciendo zapping»–; todos corremos ¿por qué no van a correr ellos? Son más rápidos.
Les comparto ciertas conductas que he visto sobre estas cosas en mis años de docente:
Cambios en los hábitos de dormir y de comer, alumnos me han mandado trabajos a los blog a las tres o cuatro de la mañana porque no podían dormir.
La niñez en la cultura occidental cada vez dura menos, los hacemos que sean partícipes de cosas que no está capacitados. Los padres muchas veces cuando le inculcan un deporte u otra educación no formal creen tener el sueño del Messi propio o el Nadal que los saqué de sus «miserias económicas» y ellos solos quieren jugar al fútbol y disfrutar de sus amigos.
La vida no vale la pena, son chicos sin fuerzas.
Ser traicionado.
Retraimiento de sus amigos, de sus familias o de sus actividades habituales.
Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa.
Uso de drogas o de bebidas alcohólicas, esto cada vez más y a edades más tempranas.
Abandono fuera de lo común en su apariencia personal.
Cambios pronunciados en su personalidad.
El bullying, la humillación, es un flagelo en este siglo: MATA. Hay más chicos haciendo bullying que recibiéndolo, pero cuánto daño se hace a una sola persona.
Consejo: Primero no hay un escenario ideal de vida, hay que decírselo. La vida se trata de construir despacio; por eso, vivimos hasta el último día se construye a mi entender; por lo tanto, dialoguemos con nuestros hijos, muchos de mis días solo dialogo en las clases, no charlemos, dialoguemos.
Los alumnos piden que los sepamos escuchar y que les enseñemos los límites.

La vida es un desafío lindo que merece ser vivido,

cuesta, es difícil pero no imposible


N. de la A.: Esta nota (artículo, post) ha sido escrita escrita debido a que una alumna, recientemente, en una escuela de la ciudad de La Plata, se pegó un tiro en plena clases. Nota mía publicada en INED21 de Canarias

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